“Labrador”. Japón, periodo Meiji, fin. s.XIX.
Japón, periodo Meiji, fin. s.XIX.
“Labrador”.
En marfil tallado.
Adjunta certificado de antigüedad.
Medidas: 27 cm de altura.
Personaje trabajado en bulto redondo, captado con gran realismo, representando un labrador con su herramienta de trabajo. Tocado scon sombrero de paja, viste kimono cincelado con estampados geométricos. El lazo anudado a la cintura, la ductilidad impresa al material y las tenues arrugas del rostro sonriente dan cuenta del dominio técnico. Está tallada con un virtuosismo típico de las piezas de eboraria japonesa del siglo XIX y principios del XX, especialmente de las destinadas a la exportación a Europa. La situación política y social de Japón durante los periodos Edo y Meiji fue decisiva en el desarrollo y evolución de la talla del marfil. De hecho, la sucesión de cambios sociales se verá directa e inmediatamente reflejada en la evolución de la eboraria. A finales del siglo XIX y principios del XX, las piezas de marfil son una fiel expresión de la nueva era Meiji y los contactos con Occidente. De hecho, se dedicó una amplia producción a la exportación a Europa y Estados Unidos. En Occidente el marfil japonés sorprendió por su novedad, siendo especialmente admiradas su pureza de líneas, la capacidad de abstracción que refleja, su poder evocador y la exquisitez de sus detalles.
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Japón, periodo Meiji, fin. s.XIX.
“Labrador”.
En marfil tallado.
Adjunta certificado de antigüedad.
Medidas: 27 cm de altura.
Personaje trabajado en bulto redondo, captado con gran realismo, representando un labrador con su herramienta de trabajo. Tocado scon sombrero de paja, viste kimono cincelado con estampados geométricos. El lazo anudado a la cintura, la ductilidad impresa al material y las tenues arrugas del rostro sonriente dan cuenta del dominio técnico. Está tallada con un virtuosismo típico de las piezas de eboraria japonesa del siglo XIX y principios del XX, especialmente de las destinadas a la exportación a Europa. La situación política y social de Japón durante los periodos Edo y Meiji fue decisiva en el desarrollo y evolución de la talla del marfil. De hecho, la sucesión de cambios sociales se verá directa e inmediatamente reflejada en la evolución de la eboraria. A finales del siglo XIX y principios del XX, las piezas de marfil son una fiel expresión de la nueva era Meiji y los contactos con Occidente. De hecho, se dedicó una amplia producción a la exportación a Europa y Estados Unidos. En Occidente el marfil japonés sorprendió por su novedad, siendo especialmente admiradas su pureza de líneas, la capacidad de abstracción que refleja, su poder evocador y la exquisitez de sus detalles.